Los Tana Toraja


En la isla de Sulawesi, al oeste de Bali, cuna de la tribu Tana Toraja, donde para nuestra suerte en esta milenaria etnia siguen fieles a las tradiciones de sus ancestros.

Cuatro etnias conviven en Sulawesi, también llamada la Isla de Celebes. Hoy nos centraremos en el País Toraja.

Cuenta la leyenda que fueron los primeros turistas que se adentraron de indonesia, antes llamada Bahasa Malayu (debajo de Malasia) en 1928 tomaron su nombre actual, Indonesia (indo de indochina y sia, significa muchas islas)

Unas embarcaciones emigraron de Indochina rumbo al sur, tras su paso por las costas de Malasia se adentraron en Sumatra donde conocieron a la tribu de los Batak y tomaron a cabo la idea que más tarde harían al llegar a la costa este de Sulawesi. Desmontaron sus barcos y llevaron sus maderas tierra adentro hasta las tierras más fértiles, para más tarde convertir las maderas de sus embarcaciones en su nuevo hogar.

El punto de entrada es Makassar, antes Ujung Pandanj. Una de la carreteras más espectaculares de toda Indonesia (transsulawesi) nos llevara paralelo a la costa hasta Toraja, 8 horas rumbo al norte de la isla, hasta llegar a sus montañas, a ambos lados de la carretera rumarucos (casas tiendas) y  tocos (tiendas) puestos ambulantes en los arcenes de frutas (cocos, pomelos, plátanos, melones) y pescados secados al sol en el suelo.

Nos vamos acercando a Pare Parey divisamos al oeste las montañas, enfrente de ellas expectantes, majestuosos arrozales. al este, el mar y sus pueblos de pescadores.

Adentrándonos ya en las montañas el cáliz cambia y la carretera serpentea entre una abundante vegetación, árboles frutales, cañas de bambú e inmensas montañas de roca caliza.

Llegamos al País Toraja y empezamos a divisar sus casas con esa arquitectura tan peculiar, sus viviendas `barco’

Para un Toraja,  el momento más importante de su vida es su propia muerte, todo gira alrededor de ello. Llegado el momento la familia tiene que reunir dinero suficiente para agasajar a sus dioses animistas, si le ofrecen una ceremonia copiosa,  su antepasado cuidara de ellos el resto de su vidas. Tienen que reunir dinero suficiente para ello y esperar vengan sus familiares a la aldea, pueden pasar meses e incluso años y durante este tiempo el  cadáver dormirá en su propia casa, e incluso siempre tendrá un plato de comida para él. Actualmente lo bañan en formol hasta que llegue el gran día, pero hasta no   hace mucho   lo cubrían con hojas de plantas y ungüentos tradicionales para evitar la descomposición.

Depende de la casta de la familia sacrificaran más o menos animales… La casta más baja necesita al menos de 10 cerdos y 4 bueyes y las más importantes de la tribu pueden llegar a sacrificar hasta 30 bueyes. El precio de cada buey negro ronda los 1000 euros, si es negro y blanco, pueden llegar a pagar 2000 euros, si demás tiene los ojos azules se pueden pagar hasta 10000 euros

Tardan mínimo dos meses en engalanar la aldea y construir casas provisionales para los invitados que llegan de lejos, un funeral Toraja dura al menos 4 días y tienen que estar cómodos.

Familiares e invitados, llevaran regalos a la familia, cerdos, cartones de tabaco, semillas…estos quedaran apuntados en un libro y la familia estará en deuda con ellos, deberán devolver el mismo regalo en un futuro funeral.

Hoy presenciamos en funeral de Maoki, una anciana de la aldea Ke’ Ti Kesu, ha fallecido a los 71 años de edad. Ha permanecido 14 meses esperando el gran día en casa de sus hijos mientras ellos reunían el dinero suficiente.

Han construido un altar orientado al norte donde vive el dios animista Puan Matua, debajo del altar, el sacerdote, a izquierda y derecha los palcos donde se sentaran familiares e invitados y en frente de ellos los graneros reservados para las castas más altas

Comienza en funeral y el sacerdote ordena sacrificar primero una serie de cerdos para agasajar la memoria del fallecido y dar de comer a los cientos de invitados, llegados desde muy lejos.

Es la hora del submit y salen a escena 12 búfalos, cada uno encadenado a través de una hebilla en el hocico , agarrados con una simple cuerda , comienza el desfile dan vueltas en círculos en frente del féretro, los invitados expectantes cuentan en número de búfalos .

Llama la atención no ver ni una lágrima. Es toda una fiesta.

Comienza la matanza, uno a uno es ajusticiado con un firme machetazo en el cuello, el alma de estos 11 bueyes llevarán en volandas el del fallecido a la vida eterna.

Uno de ellos es perdonado y será donado a la iglesia.

Tras la fiesta Maoki esta feliz y cuidara a sus familiares agradeciendo el gran esfuerzo que supone el organizar su gran fiesta funeral

Ya Descansa en paz.

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